La oportunidad de la Economía Digital (1)

La oportunidad de la Economía Digital (1)

La revolución digital empezó tímidamente hace ya 50 años con la informática y las telecomunicaciones. Su proceso de expansión cuenta con distintos hitos, entre los que podríamos destacar la aparición de los ordenadores personales, que permitieron que el fenómeno digital diese un salto cualitativo, primero a nivel empresarial y después a nivel residencial. Sin embargo, fue la llegada de Internet, reforzada posteriormente por la Banda Ancha Móvil, lo que propició la irrupción de la digitalización en todo nuestro entramado social.

Este proceso lo ilustró muy bien Carlota Pérez (profesora de la London School of Economics y de las universidades de Tallín, Cambridge y Sussex) cuyas reflexiones tuvimos la oportunidad de escuchar en el XX Encuentro de Telecomunicaciones organizado en 2006 por AMETIC (antes AETIC) en la Universidad Menéndez Pelayo de Santander. Carlota Pérez situaba la revolución digital en el contexto de sucesivas revoluciones impulsadas por la tecnología, desde la revolución industrial provocada por la mecanización en el siglo XVIII hasta la protagonizada por el petróleo, el automóvil y la producción en masa de la primera mitad del siglo XX, tras la cual situaba a la revolución digital como el siguiente hito de nuestra historia.

Según sus estudios y conclusiones, una revolución transformadora de la sociedad pasa por distintas fases a lo largo de un periodo de unos 50 ó 60 años, empezando por una primera etapa de lento despliegue y pasando por la puesta a disposición de toda la sociedad de la tecnología que la propicia, para llegar finalmente a su asimilación definitiva. Desde este punto de vista, nos encontraríamos justamente en la última etapa del proceso de digitalización de nuestra sociedad.

Hoy, la digitalización ha puesto en cuestión nuestros paradigmas tradicionales, aunque todavía no ha consolidado unas nuevas reglas de juego y, por supuesto, tampoco ha llegado a desarrollar toda su potencia transformadora. De ahí su interés y atractivo.

La pregunta clave es si estamos preparados para aprovechar la oportunidad que representa la Economía Digital o si tenemos que conformarnos con ser simples sujetos pasivos en este proceso.

Carlota Pérez ha profundizado más recientemente sobre las oportunidades de América Latina en el contexto de la revolución tecnológica TIC. A diferencia de Asia, y en particular de los llamados Cuatro Tigres (Corea del Sur, Hong Kong, Singapur y Taiwán) que aprovecharon en su día la oportunidad de su superpoblación para convertirse en la «fábrica del mundo» y, a partir de aquí, distribuir su riqueza mediante la elevación del nivel de educación de sus trabajadores (aunque haya mucho que decir a este respecto), nuestra profesora ve la oportunidad de América Latina en sus recursos naturales.

La disponibilidad de recursos naturales no ha sido en el pasado garantía suficiente para  favorecer el desarrollo de la región, al reducirse su explotación a la exportación directa de los mismos sin más valor añadido, lo que derivó en su comoditización y en su dependencia de decisiones tomadas por terceros, pero tampoco era evidente deducir que la abundancia de mano de obra de los países asiáticos  pudiese representar una oportunidad para dar un salto en su nivel de desarrollo.

En cualquier caso, para Carlota Pérez, el reto futuro de América Latina seria generar un proceso de «escalamiento tecnológico constante de las actividades basadas en recursos naturales y la mejora gradual del perfil de las exportaciones mediante innovaciones continuas en productos, procesos y actividades auxiliares, en particular con la visión de crear nichos de alto valor diferenciándolos de los tradicionales mercados de commodities«.

Salvando las distancias con la oportunidad que representa la abundancia de recursos naturales para América Latina y con la que representó en su día la enorme masa laboral de los países asiáticos, España necesita encontrar su propia palanca de actuación y elaborar su plan estratégico para aprovechar una revolución tecnológica a la que, a día de hoy, nos estamos incorporando más como simples consumidores y usuarios que como actores protagonistas, a pesar de contar  con activos importantes que podrían ser de utilidad en este proceso.

Sin pretender ser exhaustivos, podríamos citar entre estos activos el tener 1- una situación geográfica y un clima que nos permite un nivel de calidad de vida envidiable; 2-  una posición periférica  respecto al mundo desarrollado que, aunque  tiene sus inconvenientes,  puede ser utilizada como puente para áreas menos desarrolladas en aspectos en los que la distancia ha dejado de ser un condicionante; 3- una situación estratégica de «cola de león», también respecto al mundo desarrollado, que debiera servirnos para tener una mayor empatía con el mundo en vías de desarrollo; 4- un idioma que representa un mercado natural de 500 millones de personas; y 5- unos  recursos humanos sobradamente preparados desde el punto de vista técnico, aunque no está tan claro que lo estén desde el punto de vista de su capacidad para la iniciativa empresarial.

Con estas claves, España representa un mercado fantástico para los líderes mundiales  de las TIC, pero como país habremos fracasado si nos conformamos con incorporarnos a esta  revolución tecnológica simplemente  como mercado, sin aprovechar nuestras capacidades para dar un salto cualitativo y transformarnos en protagonistas del nuevo Ecosistema Digital.

El gran reto es conseguir desarrollar un Ecosistema Digital que permita a España jugar en la liga de los grandes para co-liderar la revolución tecnológica digital.

One comment

  • Muy interesantes los artículos de tu web, espero y deseo que sepamos no quedarnos a la cola en este mundo de oportunidades. También te comento que sin personas altamente cualificadas esto no será posible y estas se nos están yendo o la dejamos fuera.

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