El estadio Wanda Metropolitano es un caso típico de utilización de los sistemas DAS. Foto de Fermín Marquina 2017
(Este ártículo ha sido publicado previamente en la Newsletter de Operandi, en diciembre de 2017).
Las soluciones para el despliegue de la última milla de las nuevas redes radioeléctricas suponen un gran reto tecnológico y una oportunidad de negocio para las empresas de infraestructuras.
La demanda creciente de comunicaciones inalámbricas nos plantea el reto de cubrir la totalidad del mapa geográfico y, además, de llegar hasta el último rincón en el que pueda desarrollarse cualquier tipo de actividad, más allá incluso de la presencia humana (lo que resulta especialmente relevante para el Internet de las Cosas y, por tanto, para las futuras redes 5G); sin olvidar la atención a fuertes demandas puntuales de tráfico concentradas en espacios relativamente reducidos.
Los operadores de telecomunicaciones consideran la cobertura de la red como una de las claves de su oferta, lo que les lleva a tener un papel protagonista en su despliegue, también en la última milla, y para ello cuentan con avances tecnológicos como las small cells mono-operador. En el otro extremo, los propios usuarios se están dotando de equipos estandarizados que les permiten disponer en sus dependencias de un nivel de servicio estable, homogéneo y para ellos suficiente.
Pero la amplia casuística derivada de la ubicación y la demanda de uso, en términos de frecuencia, intensidad y prestaciones de comunicación, abre la puerta a múltiples soluciones de red que requieren un nivel de ingeniería, un equipamiento y unas infraestructuras que superan las necesidades básicas del usuario típico.
Éste es el ámbito de aplicación de los llamados Sistemas de Antenas Distribuidas (DAS), que intentan responder a los requerimientos de la última milla inalámbrica en escenarios singulares tales como las dependencias de grandes clientes, grandes centros deportivos, culturales y de ocio (estadios como el Wanda Metropolitano, palacios de eventos y congresos, campus universitarios,…), centros feriales (Bilbao Exhibition Center, IFEMA, FIRA,…) y de negocio, hoteles, aeropuertos, estaciones de ferrocarril, redes de metro (Metro de Madrid,…), instalaciones críticas (centrales nucleares, presas,…), etc.
Los operadores realizan para algunos de sus grandes clientes una oferta integral de servicio que incluye la solución técnica para su cobertura inalámbrica, aunque para ello terminen apoyándose en empresas de ingeniería e instalación de infraestructuras, pero muchas veces esta problemática complica en exceso la vida de los operadores de servicio.
La necesidad de soluciones multi-operador y el retorno exigido a las inversiones propician que los operadores opten por la compartición de infraestructuras, principalmente pasivas pero también activas. La coordinación de la planificación, la ingeniería, el despliegue de la red compartida y, en su caso, la gestión posterior del uso de estas infraestructuras, invita con frecuencia a la colaboración con operadores especialistas en infraestructuras.
Más allá de su rol tradicional relacionado con los operadores de servicios, surgen también demandas directas de los propietarios o los gestores de estos espacios que desean una buena cobertura de comunicaciones como parte del servicio a sus usuarios finales. No cabe duda de que para atender estas demandas es necesario conocer la oferta de los operadores concesionarios de las bandas de frecuencias y contar con ellos para la conexión con el core de sus redes pero, de manera creciente, la demanda de infraestructuras de telecomunicaciones para espacios singulares provienen del propio diseño y concepción de los mismos. Aunque esta opción sea más evidente para los nuevos despliegues, no se puede despreciar la oportunidad de hacer evolucionar las instalaciones ya existentes hacia este planteamiento, lo que aumenta considerablemente su mercado potencial.
Este es el mercado natural para operadores de infraestructuras como Cellnex (a priori no tanto para Telxius), que ya ha mostrado con la compra de CommsCon su interés por complementar de esta manera su oferta de towering; para las ingenierías de telecomunicaciones que deseen ampliar el perímetro de su negocio al ámbito de la gestión de infraestructuras; o para los fabricantes de redes de telecomunicaciones que ofrecen soluciones llave en mano, incluida la gestión de las infraestructuras, como puede ser el caso de Ericsson. El tiempo se encargará de poner a cada uno en su lugar, pero no cabe duda de que el futuro traerá grandes oportunidades de negocio para quienes sean capaces de aprovecharlas.
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